Lean: El arte de eliminar el desperdicio
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¿Te imaginas un mundo en el que no se desperdicie nada? Ni la comida, ni el esfuerzo de las personas, ni el dinero, ni la energía… ¡NADA DE DESPERDICIO! Es un imposible, claro está, pero creo firmemente que todos los días podemos hacer algo para estar un poquito más cerca de semejante utopía.
Lean (magro, sin grasa, sin desperdicio) fue el nombre que le pusieron unos estadounidenses al conjunto de filosofía, cultura, valores, principios y prácticas que vieron operando al estudiar a la empresa Toyota por allá en la década de 1980, y desde entonces todo un movimiento de personas impulsa el pensamiento Lean, promoviendo esta forma de entender y de actuar, principalmente en el entorno laboral.
Hoy te invito a pensar en la aplicación del pensamiento Lean en un espectro más amplio, cualquier ámbito que involucre a las personas, en el fondo, en un mundo Lean.
Los principios del pensamiento Lean
Los principios del pensamiento Lean son muy básicos:
1. Especifica el valor de manera precisa desde la perspectiva de la persona usuaria
¿Qué nos genera valor a las personas? Esta pregunta tiene tantas respuestas como personas en el planeta, pero definitivamente hay algunas cosas que son bastante comunes: alimentación de calidad, salud, educación, bienestar, entre muchas otras. (Una lectura a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y a los 30 elementos de valor puede complementar ideas para especificar el valor desde tu perspectiva como persona usuaria del mundo).
Pensar como persona usuaria frente a esto que valoramos nos permitirá entender qué es más prioritario desde una mirada personal y también comunitaria. En tu entorno cercano, ¿qué es más prioritario asegurar?
2. Identifica el flujo de valor para cada producto / servicio
Nos valemos de productos y servicios para obtener valor y satisfacer necesidades. Por ejemplo,si valoramos la alimentación, entonces obtenemos productos alimenticios. Si valoramos la salud, acudimos a servicios de chequeo médico.
Al identificar la forma en la que se crea y se entrega cualquier producto o servicio que valoramos, podemos entender dónde pueden haber desperdicios. Por ejemplo, usar ropa que se confeccionó en tu localidad y luego fue llevada hasta otro continente para ponerle una marca y luego traída de vuelta a tu tienda más cercana, es un proceso que claramente tiene un montón de desperdicios (tiempo, combustible, esfuerzo de personas, etc).
3. Haga que el valor fluya sin interrupciones.
Cualquier cosa que interrumpa el flujo de valor desde su punto de inicio hasta su punto final genera desperdicios. Por ejemplo, estar en una lista de espera para la atención en medicina especializada genera ansiedad en quien requiere la atención, además de llamadas constantes para ver si puede adelantar su cita, llamadas que deben ser atendidas por alguien que podría usar mejor ese tiempo.
Este principio nos invita a buscar esas interrupciones y eliminarlas según sea posible. A veces hay pasos que causan interrupciones y que no podemos eliminar de inmediato, otras veces podemos usar tecnologías que permiten automatizar procedimientos y tareas, y otras veces podemos eliminar por completo pasos innecesarios.
Una consecuencia positiva adicional de hacer que el valor fluya sin interrupciones es que las personas usuarias tendrán satisfecha su necesidad más rápido.
4. Habilite que la persona usuaria inicie la generación de valor
Uno de los mayores desperdicios en el mundo moderno es producir cosas que nadie necesita. El desperdicio resultante es bastante tangible: productos que nadie adquiere llenando estanterías o almacenes. Detrás de este desperdicio hay muchos otros: la energía que se usó, las materias primas, el esfuerzo de las personas para confeccionarlo, dinero invertido, campañas publicitarias, por mencionar sólo algunos.
Si la generación de valor es iniciada (halada, tirada) por la persona usuaria, todo lo que implica generar y entregar ese valor va a ser mejor aprovechado y resolverá efectivamente alguna necesidad de quien lo solicitó.
5. Persiga la perfección
Lo primero que debemos reconocer es que estamos muy lejos de la perfección. Es necesario vestirse de humildad para ver posibilidades de mejora en todos nuestros aspectos, pero no es suficiente. En mi experiencia he descubierto que tener mecanismos, hábitos y métodos que nos ayuden a reflexionar sobre nuestra situación actual, a identificar oportunidades de mejora y a validarlas mediante experimentos, hacen que perseguir la perfección sea más sencillo y no sea dejado a la suerte de los “chispazos” de mejora.
En cualquier ámbito en el que nos encontremos, tener una mentalidad de búsqueda de la perfección nos ayudará a estar alerta de los desperdicios y de su erradicación usando un enfoque empírico.
Un ejemplo real de mi vida
En casa valoramos compartir tiempo juntos, con mi hijo de 6 años y mi hija de 4 eso implica salir al parque o jugar después del colegio, pero el tiempo que dedicaba a cocinar la cena hacía que no pudiera dedicarles tanto como queríamos. Siguiendo los principios del pensamiento lean pudimos mejorar este aspecto de nuestra vida eliminando algunos desperdicios:
Lo que valoramos: bastante obvio, compartir tiempo en familia.
Cómo se genera y entrega ese valor: después del colegio salimos al parque o jugamos algo, el tiempo depende de lo que tenga disponible.
Cómo puede fluir el valor sin interrupciones: la principal interrupción era mi dedicación a otro tema, en este caso a la cocina, bajar la dedicación a la cocina era el objetivo. El experimento fue preparar con anticipación (un solo día a la semana) todo lo que necesitaría el resto de la semana para hacer de comer (picar y congelar, básicamente). El resultado fue pasar de 1 hora diaria a media hora en preparar la cena, liberándome media hora diaria para compartir en familia.
Cómo puede iniciarse la generación de ese valor a demanda: esta es muy fácil, mi hijo y mi hija siempre quieren jugar, ¡tengo que aprovecharlos!
Cómo estar buscando mejorar aún más: esta es una actitud personal que se va adquiriendo, parte de tener una mirada crítica de lo que nos pasa, de porqué pasa y de su conveniencia. Implica salir de la zona de confort y de tener un espíritu experimentador. No sé si siempre he tenido estas cualidades o las he ido desarrollando. Lo que creo que más me ha ayudado es la disciplina para hacerlo de forma metódica y volverla una forma de ver el mundo.
Hay que comerse el elefante por pedazos
Tener un mundo cada vez más Lean es una tarea titánica, que nos involucra a todas las personas y que por supuesto impacta todos los aspectos de nuestra vida. Para iniciarla nos conviene determinar prioridades, entender dónde tenemos los desperdicios más impactantes y dónde podremos accionar más fácil y allí empezar a aplicar los principios del pensamiento Lean.
Hay desperdicios por donde se mire, hay unos que nos afectan como humanidad, hay otros mucho más sencillos y particulares, pero lo cierto es que los hay por montones. Identificar cuál empezar a atacar y plantear pequeños experimentos que nos enseñen cómo abordarlos es la tarea que sigue.
¿Cuáles son los desperdicios que más te afectan? ¿Cómo puedes empezar a eliminarlos?
Me gustaría que dejaras en los comentarios tus pensamientos.
En Kleer tenemos el curso Lean y Kanban en acción, que profundiza en el entendimiento de los principios del pensamiento Lean, en los tipos de desperdicio y en los patrones de mejora para abordarlos, así como en el método Kanban que facilita la adopción de dichos principios. Estos conocimientos pueden servirte en cualquier ámbito de tu vida, tal como lo viste en el ejemplo. Te invito a nuestra próxima edición abierta al público, información más detallada como los contenidos, el precio y la fecha la puedes ver aquí.
Adicional al curso, prestamos servicios de acompañamiento para incorporar en tu entorno los principios del pensamiento lean, apoyándonos en diferentes métodos como Kanban o Toyota Kata. No dudes en contactarnos para charlar sobre tus necesidades.
Bibliografía y enlaces de interés:
📘The Machine That Changed the World: The Story of Lean Production. Roos, Daniel; Womack, James P.; Jones, Daniel T.
🌐 Objetivos de desarrollo sostenible de la ONU: https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/
🌐 HBR — 30 elementos de valor para el cliente. Pablo Tortorella: https://medium.com/@kleer.la/hbr-30-elementos-de-valor-para-el-cliente-cb5233462416
🌐 Mejora continua para todo el mundo. Leonardo Agudelo: https://kleer.la/es/blog/mejora-continua-para-todo-el-mundo